El cambio
Cuentan que nunca es tarde para cambiar. Que el cambio no es sino una oportunidad más de la vida. Y, si bien es cierto que siempre hay tiempo para cambiar, no siempre se encuentra el momento idóneo para hacerlo. Puede ser hoy, debía haber sido ayer y -desgraciadamente- siempre queda el mañana o el pasado mañana para pensar en hacerlo.
Mutar supone siempre un trauma. No hay modificación en la conducta que no altere al ánimo. La primera reacción suele ser el miedo. El miedo es un gigante de dos cabezas. Ataca blandiendo en una mano la comodidad y en la otra los recuerdos del pasado. No tendría sentido tener miedo si no se hubiera sentido uno -aunque fuera un sólo día- feliz antes del cambio.
Luego está el vacío ante el futuro. Es primo hermano del miedo, pero tal vez agarrota aún más. No es ya que la decisión de cambiar pueda depararte un presente menos glorioso. Es que puede darse el caso de que esa alteración de la vida conduzca a la nada. A la desesperación. A la desgracia. A la soledad.
Por último, la valentía de lanzarse a un cambio se culmina con la ruptura con el entorno. Decididamente, es éste el paso más complicado. La adopción de unos hábitos sociales, de unas pautas de conducta... no tienen ningún sentido si no es por lo que nos rodea. La familia, los amigos, la pareja. Todo estalla si no se tiene el mimo suficiente de hacer que ese cambio sea un paso tan provechoso para la parte como para el todo. Porque uno, esto lo entendieron hace siglos los griegos, no vive sino por y para una sociedad.
Ahora que afronto un momento de obligado cambio, muchas son las preguntas que hacerme. Pocas respuestas. Quizá ninguna. El único que, ante esta situación de la vida, debe saber lo que más me conviene soy yo. Y probablemente ni yo lo sepa. Creo que me jugaré mi destino a los chinos una noche de copas con Satán. Eso será lo más conveniente.
4 comentarios
abueloadol -
Campanilla -
salmorejado -
No obstante, si uno está convencido de dar el paso, el cambio seguramente sea positivo.
Por mi parte, desde luego, espero y deseo que ese cambio que has decidido dar sea única y exclusivamente para bien.
Un abrazo.
MON -