Blogia
Tonicruz

Los hijos de los hermanos

Yo estudié en lo que se conoce como "colegio de curas". En La Salle había ordenados y seglares, pero los alumnos -en nuestra inocencia- notábamos por adelantado quién caminaba receloso de Dios y quién no. Nunca pensé en aquella infancia oscilante entre los "Laudato sí, o mi signore" y los "Adeste fideles" que aquellos señores a los que debíamos llamar hermanos podrían ser, además, padres. A pesar de las evidentes muestras de lascivia que, algunos, mostraban con las adolescentes más despampanantes en el encerado, no me imaginaba a aquellos apolillados ensotanados (pero sin sotana) tratando con afecto filial a un chaval de la edad que tenía entonces.

Más que por cualquier otro motivo, por su aparente incapacidad de colocarse en el lugar de un crío. Por su absoluta falta de empatía, por su repulsión (que ahora por momentos comparto) hacia todo lo comprendido en la edad del pavo.

Pues bien, ahora que el Vaticano estudia ( http://www.elmundo.es/elmundo/2009/08/02/internacional/1249218650.html ) concederle derechos a los hijos de los curas (que hubo, hay y habrá) me siento más cercano a aquellos hermanos de mi parvulez. Tanto que hasta me solidarizo con ellos. Para algo bueno que tenía su oficio -ser humano y no asumir las consecuencias- van y se lo cargan. Con esta noticia se me han quitado las últimas ganas de ordenarme. Con lo práctico que debería ser pecar y tener enchufe para la penitencia.

 

0 comentarios