Blogia
Tonicruz

Nueva York

Estoy en Nueva York. Prescindo de los acentos por culpa de mi circunstancial teclado. Analfabeto. Funcional, raro. Informe y gris. Bello en sus deformidades. Como Nueva York. Ciudad del frio que hace llorar (corroboro lo que escribio Federico). Capital del asfalto, el cemento y el hormigon. Del carisma y la belleza oculta en si misma. Confusa. De calles paralelas y enormes. Quinta glamourosa, 42 majestuosa, Broadway india. 

Nueva York disfrazada de Nueva York hasta la extenuacion. Con unas alcantarillas (es el unico caso similar que yo haya visto) que respiran. Que, por sus poros, desprenden ese vapor de las peliculas que es cierto y real (huele a polvo y agua). Con unos policias y unos bomberos queridos. Con un alcalde, el de ahora, menos querido que el de antes. Poseedora de los unicos cimientos que conozca que sean dignos de visita.

Acreedora y deudora del mundo gracias (o por culpa) de Wall Street. Martir, en cualquier caso, de su propia condicion de starlette del cotarro internacional. Manzana empapada de caramelo. Envuelta en mil luces que la recubren como si la preparasen para venderla a alguien. Que es uno mismo. Que somos todos. 

Pasear por Nueva York es hacerlo por todas las peliculas que uno recuerde. Por cada rincon de la memoria que uno dedicase al celuloide. En ese sentido, toda America es mas real incluso en la tele. Hoy he visto un simulacro de algo (habia polis gordos y periodistas flacas) en Chinatown y me he llevado de recuerdo un trozo de "Police line, do not cross" (como los de las series).

Hay Obamas en las tiendas. En Times Square las luces, ajenas al reloj y al tiempo, siguen parpadeando mientras escribo. Y seguiran dentro de unas horas. Y en unas decadas. Y siempre. El mundo la ha hecho eterna y ella luce orgullosa (toda ella: Manhattan, Queens, Brooklyn, Bronx y Harlem) su condicion de inmortal. Cada segundo avanza mas hacia su propia leyenda desde cuando unos cuantos holandeses (como Roma, Nueva York tiene su propia genesis) se la compraron por unos 24 dolares a los indios de Manhattan. Ellos no creian en la propiedad. Como ahora. Mas o menos.

0 comentarios