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Tonicruz

La boda

Narciso estaba nervioso. Pensaba que ya había llegado la fecha. Que no podía esperar más para decírselo. Para confesar que no podía vivir sin él. Que cada vez que suspiraba, su mente recreaba una y otra vez los instantes que no estaba a su lado. Que era por él por quien pasaban los segundos y las horas. Por él las comidas tenían sabor y las imágenes color. Que quería que nadie sino él sintiera su cuerpo contra su cuerpo. Su piel cerca de la suya. Que nada contuviera su pasión por el amor que cada vez menos secretamente le profesaba. Por eso se vistió con su mejor traje. Por eso se afeito cuidadosamente y se perfumó con su incienso más arrebatador. Por eso desde aquella mañana no podía sino esperar que llegase el momento. Por eso, por él, se apostó delante del espejo y espetó la frase que más anhelaba decir en el mundo:

-Narciso, ¿quiero casarme conmigo?

Dedicado a San Valentín.

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