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Zhang Yujun y Geng Jinping

Zhang Yujun y Geng Jinping fueron declarados culpables de "poner en peligro la seguridad pública" por un Tribunal Popular en Shijiazhuang y sentenciados a muerte. Son dos de los 21 responsables de que seis niños murieran y 300.000 (!¡) enfermaran por beber una leche contaminada por una sustancia que se emplea para uso industrial.

La noticia no es ya la condena fatal (desgraciadamente común en un estado criminal como el chino en el que los derechos humanos son una entelequia). Ni siquiera el fruto de su negligencia (una crudísima noticia ocultada durante meses por los mandatarios -no es descartable que con la anuencia internacional- para no manchar unos Juegos Olímpicos ya tintos con sangre tibetana).

No. Lo si no peor más sorprendente es que haya habido otros 19 que se libraran de la condena. ¿Quiénes? Los potentados. Los dueños, los magnates de las empresas. Los últimos responsables de la cadena de mando. Tian Wenhua, la antigua presidenta de una de las compañías involucradas, fue condenada a cadena perpetua. Su abogado comentó que "no existe pena de muerte por el crimen de producir y vender productos falsos o por debajo del estándar".

Es decir: en uno de los últimos rincones del mundo en el que se predica (de forma farisaica) el comunismo se defiende al burgués y se mata al proletario. El veneno no es responsabilidad del potentado. El castigo, tampoco.

Algo está cambiando en ese corrupto país. Desde luego, el cinismo de sus mandatarios no. Entre esos 21 que pagaron el pato no hubo ningún funcionario de ningún ministerio. La carga, se supone, será para el pueblo soberano. Su pueblo que les pertenece y con el que juegan con la tolerancia de la mediocre comunidad internacional.

http://www.elmundo.es/elmundo/2009/01/22/internacional/1232607183.html

1 comentario

Anónimo -

traludos tralamaricos...me gustan tus historias.