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Tonicruz

Pensar, sentir, vivir

Tesis: Pensar. Antítesis: Sentir. Síntesis: Vivir. No hay equilibrio posible entre mente y alma. Entre cálculo y desmedida. El amor, la pasión, son incalculables. ¿Quién podría poner una unidad de medida al sentimiento? Y, sensu contrario, ¿quién podría-dejando al margen los cursis que opinan que hay música en las matemáticas- ponerle corazón a la ciencia?. Si no se puede vivir sin pensar (¿no?), por lo menos es necesario vivir sintiendo. Es decir, vivir. Porque preocupándonos más por el camino por el que recorrer la vida que por la vida misma, el día a día -y como dice Escohotado en una bellísima canción de Calamaro- se puede "envenenar bastante".

Mucha gente no pretende vivir. Piensan que viven. No sienten. Sufren pensando en hoy. En mañana. En pasado mañana y hasta en ayer. En qué dirán quienes les rodean por encima de lo qué deben decir de sí mismos. Mueren por dar la cara. Sin saber que esa misma cara no es sino otra errónea percepción de su propia estupidez. De su limitación.

Esos no perciben la ocasión de cambiar su futuro inminente en un segundo. Y tiran por la borda cualquier guiño que les regala el aliento que Dios o el destino les ha dado. Lo mejor, aún a riesgo de no saber bien en qué pensar es sentir que se puede vivir. Y, por tanto, gozar de la propia supervivencia como herencia. Como legado del destino, generoso, al ser humano.

Porque si la humanidad valorase cada día como su último sobre la faz de la tierra el mundo sería un lugar menos racional. Más vivo. Mejor.

Escohotado: "Nuestra meta es vivir largo tiempo, pero en el fondo pretendemos vivir a secas".

http://es.youtube.com/watch?v=F3hgkSQhsdc

 

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