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Tonicruz

La felicidad

Buscamos con denuedo la felicidad. Y vivimos en la perpetua esperanza de encontrarla . Pero si la esperanza es esa cosa con plumas para Emily Dickinson (Woody Allen prefiere pensar en su “Sin Plumas” que esa cosa con plumas era su sobrino al que debía llevar a un especialista en Zürich), la felicidad debe ser algo tan etéreo e inalcanzable que tal vez haya que buscarla en cosas más cotidianas.

Vivimos en perpetuo agobio por su culpa. Se puede decir, de hecho, que la felicidad es la causa de todas las infelicidades. Emile Cioran -alguien que parece imposible que no se suicidara a tenor de sus escritos- concluye que lo que se sabe mata lo que se desea. Por eso, como no sabemos cómo llegar a ser felices es por lo que siempre buscamos llegar a serlo por todos los medios.

La felicidad nos resulta aquella amante perfecta que todos imaginamos cuando copulamos con otras. Es esa novia invisible. Aquella a la que nunca se besó ni se besará. Es la constante sensación de finitud que percibimos los pesimistas cuando estamos pasando un gran día. Esa puesta de sol en la playa, que al mismo tiempo nos seduce por su esplendor mientras nos conduce a la melancolía porque supone el final de la jornada.

No podemos conocer los días en los que realmente somos felices, porque nunca lo somos en plenitud. Por naturaleza, siempre albergamos en nuestro interior la esperanza (con o sin plumas) de llegar a ser a un estado aún más pleno. Abderramán III intentó contar los días en los que fue feliz durante sus setenta años de vida. A él le salieron catorce (y supongo que porque no tendría que pagar hipoteca ni las madrazas de sus veintisiete vástagos).

En cualquier caso, considero que cualquier camino es lícito para buscar esa codiciada sensación. Bien sea como Lou Reed caminando por el lado salvaje para llegar al día perfecto, bien como Santa Teresa de Jesús con sus extáticos momentos de oración. Que cada cual tenga suerte en su búsqueda. Mientras tanto, viva el prozac y viva el vino.

Y a todo esto, una buena noticia (creo):

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/03/20/espana/1332241522.html

4 comentarios

Isabel G. -

A mi me gusta ser feliz buscando la felicidad, y espero no encontrarla nunca plenamente; pues habré logrado el objetivo mayor de un corazón y querr´r marcharmé para siempre, pues todo lo que venga adelante será peor- o no tan pleno- como sentir la plena felicidad.

Felicidades por tu entrada.

antonio berrocal -

perdon me equivoque de video este si http://www.youtube.com/watch?v=izpluzEy6Mk

antonio berrocal -

la felicidad no se puede encontrar en un mundo como este solo si nos desprendemos de nuestros problemas y preocupaciones del dia a dia esas cosas que nos envenenan y nos hacen enfermar, la felicidad existe pero en este mundo aora es muy complicado, no sabia yo esa faceta tuya que va mas alla de lo deportivo, mira te dejo este video http://www.youtube.com/watch?v=st_-RX--wfI

Rafa Japón -

Si algún se llega a la felicidad, lo mejor es no saberlo. Imagina que lo descubres y sabes que todo será cuesta abajo.