Blogia
Tonicruz

Odres sin fondo

Eso debemos ser en Navidad. Odres sin fondo, enormes morteros capaces de digerir toneladas de alimentos y litros de bebida (con alcohol, claro). Recicladores de excedentes, productores de gases tóxicos y consumidores impenitentes de pastillas contra la acidez.

Explica Eslava Galán que la costumbre hispánica de hincharse durante esta época procede de cuando teníamos tanta hambre que nos comíamos los unos a los otros (en España se ha practicado el canibalismo hasta tiempos no demasiado lejanos y aún hoy se ejerce de forma figurada).

Nunca comprenderé a mis conocidos, familiares y amigos que, llegados a estas festividades, se dedican a perder la salud acumulada durante once meses. A castigar sin cesar su hígado y sus riñones hasta provocarse indigestiones y atranques masivos.

No, tampoco entenderé jamás el desenfreno de señoras y señoritas que luego se dicen arrepentidas porque las faldas o los corsés les estallan en sus orondos cuerpos y que ahora, sin control, apuran hasta el último hielo de sus cubatas.

Pero lo peor, eso que nos acerca al mundo animal, es el plural colectivo. Yo cometo excesos, como cualquiera, pero recurro a la moderación como única forma de mantener un cierto equilibrio entre diversión y placer. Hago deporte y procuro conservar un físico cuanto menos aceptable. Por eso me rechina que haya -esto se da exclusivamente en el género masculino- conocidos gordos o gorditos que quieran aliviar su grasa de más apelando al plural colectivo. Uno que nos iguala en lo malo a los que -con mayor o menor fortuna- nos esforzamos con los que presumen de panza. Porque, a su juicio, todos estamos fanegosos cuando llegamos a cierta edad. Independientemente del deporte. Es el mismo plural que, en España, se aplica para minimizar cualquier mal: Total, como no hay trabajo, venga el paro; total, como me cansa leer, viva telecinco. Y así, un largo etcétera.

Comed, gozad y disfrutad hasta Reyes, pero recordad que -como en las películas- todo lo que hagáis ahora podrá ser utilizado en vuestra contra. Y que a partir del día siete de enero vais a poder seguir comiendo y bebiendo. De hecho, aunque no os lo creáis, lo vais a tener que volver a hacer para seguir vivos.

1 comentario

invitadodeinvierno -

Gracias por utilizar mi palabra favorita en castellano: odre.

No preguntes por qué ésta y no otra: rara vez alguien puede decidir por qué le gusta algo.