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Tonicruz

Penas con pan

Han descubierto ahora -en otro fabuloso y desconcertante estudio- que la crisis provoca que la gente engorde. Un psicólogo llamado Ricardo Ros cuenta en su libro “El viaje decisivo” que la ansiedad provocada por una posible pérdida de un puesto laboral confunde las pulsiones hasta obligar a un sujeto normal a inflarse desvalijando la nevera.

Puede ser. Siempre se ha dicho que, sobre todo en Andalucía, las señoras que pasaron la guerra (y la aún más dura posguerra) cocinan y comen como si algún día no fueran a volver a hacerlo. Como si les fuera a faltar. Como acumulando reservas.

Eso sí, no termino de asociar a la crisis (el gran Satán culpable de todo lo malo del mundo en estos días) con el despreocupado niño que devora con gusa un dulce con grasas saturadísimas a las doce de la mañana. O con la adolescente que luce lorzas mientras se llena la ropa con los pizcos de su cuarta bolsa de gusanitos de la tarde. O con los decadentes cuarentañeros que, antes de pasarse por el lupanar de turno, se bajan cinco o seis cubatas luego de haber dado buena cuenta de dos platos, café y puro.

En suma. En España (una de las naciones del mundo con mayor población obesa) la gente come mucho y mal por aburrimiento. Por cultura. Porque no está mal visto conservar barriga cervecera si eres hombre (hasta se le llama curva de la felicidad). Porque -les juro que yo esto lo he escuchado- “para qué voy a cuidarme si ya tengo todo el pescado vendido”.

Así que no le vayan a echarle la culpa ahora de su tripa a Zapatero, a Rajoy o al Banco Mundial. Si están nerviosos, vayan y cómprense una manzana...pero a un supermercado que les pille a media hora de casa. Verán cómo se sienten mucho mejor y menos pesados luego.

http://blogs.periodistadigital.com/vidasaludable.php/2009/04/05/gordo-crisis-obesidad-adelgazar-dieta-7876

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