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Tonicruz

Un cerro y un puente

(Artículo publicado en la sección El Otro Partido de El Día de Córdoba el 27 de febrero de 2011 sobre el encuentro Córdoba-Cartagena).

La teoría y la praxis estaban claras. "Hoy seguro que ganan, 3-0 por lo menos, porque hace bueno y fijo que se contagian del ambiente". Uno de los asistentes al jubiloso hermanamiento que vivieron ayer dos peñas señeras del Córdoba (la del Cerro y la Sultanes del Arcángel) tenía bastante claro lo que iba a pasar en el encuentro ante elCartagena.

Entre cucharada y cucharada de un perol de competición y una cerveza lo suficientemente fría como para curar la sed y no matar el hambre, los asistentes al acto competían en atrevimiento acerca de sus nociones de cordobesismo.
"Pero tómate una copa, hombre", Francisco Plaza, cerrista, y Manuel Guerrero, sultán, insistían en que un tercero más timorato y con la mente en un trabajo ulterior bebiera. Ellos tendrían faena por delante durante toda la tarde también. No sólo recogiendo todos los enseres propios del evento, sino también ayudando a que desde Tribuna, preferencia y desde fondo se calentara el cotarro. También los Sultanes tenían tarea pendiente por la noche, que para eso es Carnaval, pero esa es otra historia.

Apareció un rato por el hermanamiento el presidente de Unión Cordobesa y ex del Córdoba club de fútbol Rafael Gómez Sánchez. Su partido montó un stand para recaudar afiliados. Algunos se apuntaron, otros hicieron avioncitos (u otras cosas) con los folletos y hubo hasta quien quiso romper su carnet de una de las dos peñas por la presencia del político de nuevo cuño. Algo de eso debe ser la democracia.

Sobre opiniones y pareceres tuvo mucho que ver la jornada de ayer junto alArenal. Por una parte, el plebiscito que se sostiene cada semana en las gradas de El Arcángel sobre un futbolista en concreto vivió su penúltima fase. El jugador es, obvio mentarlo, Javi Flores, a quien el epatante golazo que coló en Jerez le permitió una tregua por parte de sus sempiternos detractores. Cuando entró en el campo hubo sonada ovación. Una que resulta, por aquel tanto enChapín, tan innecesaria como los injustísimos silbidos que ha recibido en otras oportunidades antes incluso de saltar a jugar. Luego, claro, el fútbol: nada más empezar a correr dispuso de una ocasión clarísima y... truenos de aliento, después perdió una pelota aparentemente sencilla y conato de abucheo. Lo de siempre.

El otro foco de discusión –ya que no interesa charlar de la venta y toda su sordidez– es mucho más interesante y jugoso. Radica en la propia esencia de lo que es un equipo y una hinchada. ¿Dónde estamos? ¿Quiénes somos? ¿Hasta dónde podemos llegar? A la primera cuestión ayer Lucas Alcaraz respondió con un capotazo gracioso: "Hoy (por ayer) es sábado y mañana (por hoy) domingo". La hinchada también confesó su entusiasmo aportando su incondicional furor al juego de un equipo que invita a creer.

De ahí surge también la contestación a la segunda pregunta. Es (el Córdoba) ahora mismo una roca pesada para el enemigo. Infranqueable para los ataques y cansinísima para las defensas. Por eso casi nunca pierde (desde el 18 de septiembre no lo hace en El Arcángel).

La tercera interrogante, la del destino del CCF a corto plazo en lo deportivo, es la más divertida. Daría para mil hermanamientos como el de Sultanes y el Cerro y para cientos de puentes como el que ayer lastró la asistencia al campo. Se escuchó a algún seguidor en el abarrotado bar "El Taller" decir aquello de "¿por qué no?, si otros lo han hecho estando peor…no somos menos, ¿no?". Después, ya en el campo, mientras unos se frotaban los ojos ante lo que pasaba otros abusaban de aquello (muy cordobés, por cierto) del "te lo dije, hoy éstos palmaban" (hubieran dicho lo mismo ante un 0-2).

La respuesta a tanta duda se encuentra en momentos como los compartidos ayer en elbarrio delCerro. Unos en los que se siente la cercanía de un sueño. Porque hay sueños que, a veces, sólo están tan lejos como lo que uno tarde en soñarlos. Pero sólo a veces.

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