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Tonicruz

La catástrofe del Madriz

No suelo tiznar este blog con mi faceta de periodista deportivo, por aquello de no resultar (ni resultarme) cansino, pero hoy no puedo resistirme a comentar la eliminación del Real Madrid en octavos de la Copa de Europa (ya no es Liga en este tramo de competición). Un desenlace previsible después del 1-0 de la ida en Lyon, pero sobre el que se escribirá mucho y se callará más, pero sobre todo del que se pueden extraer una serie de conclusiones a mi juicio muy evidentes.

La primera, que la Liga española está tocando fondo. La horrorosa y cansina fragmentación del campeonato entre Madrid-Barcelona y el resto no habla nada bien de la competitividad y de la emoción. Añoro cuando el Deportivo y el Valencia eran serias alternativas al título (los chés incluso, qué tiempos, llegaron a dos finales de Champions). O a aquel Atlético del doblete, por no retrotraernos a los tiempos en los que Athletic y Real imponían su tosco y serio método.

La culpa de tal descompensación la tiene, en gran medida, el borreguismo del aficionado medio. Ese que tiene en Telecinco a su cadena amiga, a Los Manolos como ideólogos y líderes espirituales y al Marca como único libro en la mesilla. Porque de eso también tendríamos que hablar.

El Marca y su director Inda, después de deshacerse de Calderón, han querido elevar a Florentino y sus inversiones a categoría de héroes nacionales. Por ende (por Inda), todo aquel que no saque partido de esa súper gestión es un desgraciado. O todo aquel que no genuflexe ante sus pretensiones. Pellegrini, claro, no entra en su estilo de entrenador cool y mediático. Como catetos que son -y no es que el chileno me parezca un súper-clase- se han dedicado a torpedearle desde casi el comienzo de la temporada. Así, claro, es imposible. Al menos, hoy también se ha visto que España -menos mal- aún tiene algo de criterio. A esta hora, a la encuesta de "¿Debe destituir el Madrid a Pellegrini?", el vulgo se decanta por el "no" en un 67 por ciento. Toma ya. Eso es un tiro por la culata (por si quieren ahondar: http://www.anti-marca.com ).

Porque además, y esta es la reflexión última de todo esto: ¿Tiene el Madrid tan buena plantilla?. Veamos: Un gran portero, sí. Un lateral derecho alocado y que defiende mal (Ramos), uno zurdo (Arbeloa) que por el contrario casi nunca es capaz de pasar del centro del campo. Dos centrales que si no fuera por la lesión de Pepe serían secundones (Garay y Albiol). Un centro del campo que sin Xabi Alonso oscila entre la genialidad con cuenta gotas de Guti y la tosquedad de Diarra y Granero y una delantera en la que Cristiano pretende hacerlo todo porque Higuaín es un tipo que las mete con cierta regularidad (y punto) y Kaká está más tiempo con Dios que con los humanos. Es más, van der Vaart es más y mejor futbolista que el brasileño, pero decirlo suena a ofensa para los talibanes de la información centralizada.

En suma, que ojalá en la derrota los madridistas recapaciten y maduren. Ganar no es cosa de dinero. Menos en el fútbol. Y a veces, aprender a perder hace más humanos a los profesionales. Mejores.

1 comentario

Alatriste -

Coincido bastante en tu reflexión. El bipartidismo no ayuda al fútbol español, pero es que el bipartidismo lo genera fundamentalmente un club como el Madrid al que se le consienten y se le aplauden tropelías como la ejecutada este verano.

Yo me he alegrado PROFUNDAMENTE de esa derrota y de esa eliminación. Primero, porque soy del Atlético, y el antimadrisimo es una cualidad inviolabe de mi personalidad, pero también, porque soy un romántico -tal vez por eso sea del Atlético- y adoro estas raras veces en las que el fútbol enjuicia poéticamente.

Como tú dices en este texto y como brillantemente titula José Sámano su crónica en el Pais, el fútbol no tiene precio. Sigo parafraseándolo con una frase que resume todo. Los títulos no se compran, se ganan.

Esa eliminación equilibra tanta prepotencia y tanto borreguismo. Y yo, no me duelen prendas de decirlo, lo celebro y me siento enormemente feliz de que así haya sido.