Blogia
Tonicruz

La sonrisa de un niño

(ARTÍCULO PUBLICADO EN EL PERIÓDICO OFICIAL DEL CÓRDOBA, CCFP, PARA EL ENCUENTRO CÓRDOBA-NÀSTIC DEL 11 DE MAYO) 

El otro día estuvo en CCFR el coach Pepe Cabello. Su trabajo, para los profanos en la materia y aunque a él no le guste que lo resuman así, consiste en motivar a los profesionales para que se vean capacitados para llevar a cabo una tarea. Puede ser para que los futbolistas de élite marquen goles o para que usted -fontanero, abogado o sexador de pollos- realice su labor con una sonrisa en el rostro y buen tino.

Bien, pues contó Cabello que había un jugador de baloncesto -no quiso decir el nombre- que siempre se motivaba del mismo modo antes de cada partido de competición. Una vez que se había vestido ya de corto, buscaba con la mirada la del espectador más joven que hubiese en las gradas. Entonces, se concentraba en esos ojos inocentes y los hacía suyos. Esa ingenuidad le cargaba de energía antes de competir. Él anotaba por ese niño. Él llegó a ser un grande aupado en el latido de unas pupilas limpias de maldad.

Háganlo. Ahora que estamos todos un poquito desesperanzados, que vemos tan cerca y tan lejos ese ascenso que -en realidad- está a la misma distancia que la semana pasada... ahora que, en suma, nos cuesta creer... ahora, digo, es el momento de mirar en nuestro propio espejo y escrutar nuestros ojos de niños. Los mismos que nos hicieron enamorarnos de estos colores. Los mismos que, en mi caso y en el de muchos de ustedes, nunca los han visto en Primera. Y que por nuestros ojos o por los de los hijos que tendremos (o que tengan) creamos con más fuerza en que el sueño es posible. Que sean esos ojos dilatados e ilusionados los que hoy iluminen el camino.

Dejó escrito el novelista austriaco del XIX Rilke: “He rezado por mi niñez, y ha vuelto a mí, y siento que sigue siendo tan pesada como antes, y que no ha servido de nada hacerme mayor”. Sean niños hoy. Y no dejen de joder con la pelotita. Nunca.

0 comentarios