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San Valentín

(colaboración para el blog amigo: encordobes.blogspot.com )

No se sabe a ciencia cierta cómo murió San Valentín para los católicos. Si exitió fue martirizado, eso seguro, pero se desconoce si era un médico o un sacerdote. Únicamente si fuera lo segundo tendría sentido que se le invocara cada 14 de febrero para celebrar el amor, porque habría perdido la cabeza (literalmente) por casar clandestinamente a los primeros cristianos en la Roma de las persecuciones.

De cualquier modo, lo que está claro es que San Valentín no es sino una evolución del dios romano Cupido y éste del griego Eros. Una deformación que se entiende teniendo en cuenta la ñoñería con la que el purismo conservador cristiano ha maltratado el amor sexual para hacerlo pecaminoso e irreconocible.

Esta festividad comercialmente dura muchísimo más que el día del Padre y de la Madre (mucho más pingües serán sus beneficios para los grandes almacenes). Tiñe durante un par de semanas de colores rosa y rojo las calles y los comercios; los restaurantes y hasta el vestuario de los incautos que siguen presumiendo de lo colorado de su sangre y su pasión.

Todo el mundo habla durante este periodo de apareamiento de los pájaros (es otro motivo por el cual se puede festejar este día catorce) del amor sin tener muy claro de qué se trata. Porque amor es tanto el de un vástago para con su padre como el de- incluso y en determinados momentos- el de una prostituta hacia un cliente.

Nadie aclara si en esa noche de cenas y velas se ensalza el cariño o el deseo. La pasión o la ternura. La cama o la cuna. Si primase lo erótico -parece lo más normal- la cursilería y el rococó sobran. Si, por el contrario, fuese la versión más pura la triunfadora lo que sobrarían serían los anuncios de preservativos y de champán.

Podrida está la sociedad que no conoce verdaderamente si desea querer o poseer. Si en un día concreto anhela abrazar o copular.

Más que nada porque luego llega la hora de la verdad y nadie sabe muy bien lo que es o lo que debe ser en el juego de la pareja. Y llegan las frustraciones. Feliz San Valentín a quien lo desee vivir en plenitud.

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