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Paco Jémez, una apología del valor

(ARTÍCULO PUBLICADO EN LA COLUMNA DE OPINIÓN DE CCFP DEL 22 DE ENERO) 

El destino, como un demonio tentador, le va facilitando atajos a nuestro entrenador, Paco Jémez, para que deje a un lado su valentía. No se puede arriesgar en lo llano. Nadie demuestra coraje ante rivales débiles ni cuando las cosas van rodadas. Paco asumió este verano un reto muy complicado y lejos de hacer del concurso de acreedores un sayo y protegerse en él para caer en la mediocridad apostó por conservar su estilo y confi ar en que, por puro placer, los resultados fueran cayendo de su lado.

La fortuna ayuda a los valientes y, por eso, los triunfos -sufridos los más, cómodos los menos- se han ido sucediendo acompañados -los más también- de un fútbol impropio de esta categoría. Impropio, también, de la mayoría de sus compañeros de viaje en la zona noble.

La semana pasada a Paco Jémez el lado oscuro le volvió a tentar. Dos veces. Primero en Barcelona. Su equipo era desarbolado por un Espanyol superior que, además, aprovechaba los errores ajenos. Iba 3-0. El más optimista firmaba una goleada menor que la recibida por la Real Sociedad en Mallorca.

Paco no.

Paco llegó al vestuario al descanso y dijo -literal- “la voy a liar”. Y la lió. Dejó tres defensas nada más; colocó a Borja de carrilero y a Fede Vico ayudando a López Silva por la izquierda y fue el Córdoba y no el Espanyol quien acumuló méritos más que sobrados para pasar de ronda. Como quiera que aún no se ha inventado otra fórmula en este deporte más allá de los goles para contabilizar méritos, fueron los catalanes quienes están ahora en cuartos. Marcaron en el 88. La dureza del golpe no eclipsó el buen trabajo y fueron muchos los que esperaron al equipo en la estación del AVE.

El sábado en Murcia no tenía Paco laterales derechos natos. Podría haber reculado. Dosifi cado. Esperado. No. Ni se lo planteó. Repitió lo de Cornellá y nuevamente

Satán -o alguien peor, porque yo creo que hasta Satán disfruta con el juego del Córdoba- le trastocó los planes. Ni con uno menos desde el minuto 6 cambió el sistema. Tres atrás. Cambios de hombre por hombre y a seguir buscando la victoria. Otra vez el tino (la falta de él) abortó un resultado glorioso.

Podremos estar en play-off o no (ojalá sí).Podremos subir o no (ojalá también). Creo, sinceramente, que ambas cosas serían merecidas. Pero, desde luego, para mí Paco Jémez ya se ha ganado a pulso el título de entrenador más valiente de la historia de esta entidad. Algo que no es moco de pavo. Un motivo más para acudir al campo con una sonrisa. Un motivo para, al menos, acudir al campo.

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