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Tonicruz

El vídeo del niño pijo

El PSOE, con vistas al 20-N, hizo público la semana pasada un video (http://www.youtube.com/watch?v=c0UVwDxGIiY&feature=related ) en el que pintaba la escuela privada como un reducto en el que perpetuar las diferencias entre ricos y pobres. Entre señores y vasallos. 

Más allá de la demagogia que supone que los altos cargos de ese partido lleven a sus hijos a colegios de pago (es más: presumen de ello), el video refleja un recurso desesperado por detener una sangría electoral. El PSOE es consciente de que si no moviliza a sus bases el castigo que sufrirá será histórico y, por eso, ya no es capaz de demandar votos si no es apelando al intestino. Al histórico miedo a la maldad tiránica de las derechas. Al -lo que es aún más patético- “más vale malo conocido que bueno por conocer”.

Estudié en un colegio privado y, para más inri, de curas. No me considero católico y no soy -seguro- más clasista que muchos hidalgos (por lo de hijos de algo) que se han hecho millonarios dando pelotazos inmobiliarios, emitiendo gorgoritos o golpeando con más tino que la media una pelota. Díganme si esos no tienen tontería encima.

El arraigo a un estado social no va en los genes. Ni, afortunadamente, se encuentra únicamente garantizado por las oportunidades que uno tenga en la vida. El dinero ayuda a ser feliz en la medida que garantiza tiempo para buscar la auténtica vocación. Durante mi paso por centros “pijos” y echando la mirada atrás he conocido amigos que luego se han echado a perder, otros que se ganan la vida modestamente y otros que todavía proclaman a los cuatro vientos su poderío económico sin pudor. Con poca educación y todavía menos respeto.

Está claro que viviendo en un falansterio ideal todos deberíamos disponer de una calidad educativa pareja. Y que también sería óptimo que no se mirara, en una ulterior etapa de búsqueda de colocación, tanto el caché del centro en el que uno se formó como la actitud del sujeto hacia el empleo y su capacidad de trabajo.

Pero tengo claro que ayer, hoy y siempre quien quiere destacar en un rama profesional -medicina, derecho, magisterio...- no se fija en que su maestro esté más o menos cualificado (paradójicamente suelen cobrar más los funcionarios públicos que los profesores de colegios privados). Simplemente, dedica más horas que el resto a hincar los codos. Y siempre, siempre (o casi) el esfuerzo es premiado con una primera oportunidad laboral.

Aunque, claro, el problema es que con casi cinco millones de ciudadanos en la lista de espera del INEM, lo mismo tanto el niño engominado del anuncio como su futura vasalla tendrían que darse con un canto en los dientes si encontraran trabajo aunque fuera en un McDonald´s. De eso no dice nada el video.

1 comentario

Jay -

Creo que el vídeo, en el que sale una señorita en tanga, no es el que querías poner...