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Tonicruz

En el adiós

 

Hoy no sé muy bien dónde estoy. Ni, lo que es peor, dónde estaré mañana. Lo malo de empezar a matar los sueños es que uno no tiene sitio para enterrarlos. Ahora que sé que todo ha acabado no tengo ni un mal recuerdo que querer dejar de lado. Todos, como en una novela, forman parte del nudo y del desenlace. El más bonito y triste que he podido vivir.

Del primer acto, por supuesto, está claro que ni tú ni yo nos olvidaremos. Esa complicidad que una lata corroboró. Ese pasillo. El fino coqueteo en momentos puntuales. Confesiones. Aquella noche de verano que nunca se acababa. Ni se acabará. Los días en los que la historia era un documento secreto que me obligabas a firmar mientras yo, indiscreto y ansioso como siempre, deseaba todo el rato desvelar.

Porque entonces me sentía tremendamente orgulloso de ti. Como ahora y como siempre me sentiré en pretérito perfecto.

Luego llegó el otoño. Tus dudas. Mi resistencia incalculable que creo que nunca ponderaste suficientemente bien. Mi forma de sobrevivir en tu corazón a pesar de los pesares. Las dos deserciones. La tercera cruz en la frente que tú forjaste y yo, precisamente en Semana Santa, te clavé. El dolor de un mes en el que vivíamos lejos y cerca y que ahora, no quiero pensarlo demasiado, será una cadena perpetua para mí.

Pero me dejas y con razón. No creo que te merezca. No creo que me merezca tu bondad. Ni tu perdón. Ni siquiera sé si merezco escribirte estas líneas. Me equivoqué y eso es algo que llevarás dentro de ti por siempre. Y así, claro, no podrías pensar en un día más a mi lado.

Ahora que languidece el sueño no te insto a que me perdones (te repito que probablemente no me lo merezca). Sólo te pido que, al menos, cuando escuches coros que te respalden y me acusen, entonces... que ninguna voz te haga pensar que no te quiero y que no te querré siempre. Concédeme, al menos, ese último favor.

Un beso.

 

3 comentarios

Eva -

Lucha por ella y no tires la toalla, ni se imagina la inmensa suerte que tiene de ocupar y llenar tú corazón. Los errores los cometemos todos, pero también los perdonamos cuando estamos enamorados, dale tiempo para que te eche en falta y vea ese episodio como algo borrado de vuestra historia ...

Toni Cruz -

Muchas gracias por los ánimos, amigo. Comprender es mucho más complicado que entenderse. Lo sencillo, la mayoría de las veces, es pasar. Pero no se puede pasar siempre.
Un saludo. Gracias de nuevo.

Alatriste -

Los desengaños amorosos son duros.

Nadie es nunca del todo culpable o inocente por más que siempre nos empeñemos en juzgar los hechos cada vez con más precipitación. El tiempo es la medida de todas las cosas y al final termina recolocando todo en forma de recuerdos.

Nadie está libre de equivocarse y malditas las personas que esperan de los demás que nunca se equivoquen como malditos aquellos que se se creen libres del error. La vida es un continuo error del que poco a poco vamos aprendiendo y hay que mirar mucho más adentro para intentar comprendernos los unos a los otros.

Un saludo y suerte amigo!